Cuando recojo a mis pequeñas
“gatillas” de clase, puedo escuchar cómo hay padres y madres que
preguntan muy escuetamente a sus hijos/as: ¿cómo te ha ido el día?
Algunos hasta se lanzan a una segunda pregunta: ¿qué has comido
hoy?...
En la sociedad que nos ha tocado vivir,
vamos todo el día estirando las horas, con carreras, con prisas. Sin
embargo, es necesario pararse, observar y escuchar. Nuestros niños
nos demandan tiempo, no necesariamente mucho, pero sí de calidad. Si
no tienes demasiado tiempo
para jugar-leer-aprender-hablar
con ellos...dedícales solo un rato, pero hazlo con atención. De
ese modo, el tiempo que estéis juntos será muy valioso.
También, al animarlos a responder,
mejorarán su expresión y comunicación, compartirán contigo sus
sentimientos, te contarán lo que les gusta, lo que les preocupa... en
definitiva, al preguntarles das pie a nuevos diálogos.
Aquí tenéis algunas preguntas
abiertas que os pueden servir de guía. Intentad no interrumpir o
acelerar las respuestas ;) Dejad que poco a poco vuestro hijos vayan
dando más detalles e id ampliando la conversación con anécdotas y
ejemplos relacionados. Poco a poco iréis descubriendo cómo los
diálogos son cada vez más extensos y os sentiréis más cerca de
ellos.
Hasta aquí nuestra propuesta de hoy,
deseamos que os sirva y ya sabéis: agachaos un poquito, poneros a la
altura de vuestros hijos, miradlos a la carita y ... a preguntar ;)